Dos grandes plumas que partieron

Saramajo y Monsiváis dos plumas y un legado.
Por: Alexánder Cardona
El Junio 16 y 17 fallecen dos plumas importantes de la literatura, tal vez no se le ha dado el despliegue periodístico adecuado, por la coyuntura en el que aconteció, es decir, en pleno inicio del mundial de sudáfrica, que se disputan quien es el campeón del mundo, mientras que éstos se ocuparon no por el pan y el circo, sino, por todo aquello que hay detrás de ese tipo de eventos.
Proponer, el abstencionismo como posibilidad para crear un nuevo orden en el mundo, no socialista, no comunista, no demócrata, sino uno que piensa en el bien común. Por un lado Monsiváis, se preocupó por los marginados, excluidos, pobres, por los problemas de la educación, de la salud y empleo, en un país de más de 70 millones de pobres.
Denunciar, interpelar, cuestionar, solidarizarse, pensar en el bien común, no sólo en los intereses propios, en los beneficios personales, sino en los más necesitados, los que sufren, padecen, para quienes, la vida puede ser, y los es, una carga insoportable, un lastre al parecer sin posibilidad de cambio, pues se les robaron los sueños, los usaron, se burlaron de ellos, los hicieron sentir mal, llenos de carencias y dolencias.
Años de lectura, de análisis, debates, foros, vida académica, escritos, películas, guiones, criticas, con el anhelo de reorientar el rumbo, hacer algo por los demás buscar, justicia social, prosperidad, desarrollo sostenible, oportunidad y empleo para la mayoría, el ser y el quehacer en aras del bien estar común.
La sabiduría, la escritura y el análisis al servicio de todos aquellos que son la mayoría y a quienes a muchos no les importan y por quien no muchos de nosotros no decimos y no hacemos nada. Perdimos dos guerreros cuya única arma era la escritura, y cuyo más grande legado, son sus textos que despiertan conciencias adormecidas, por el consumismo, los medios de comunicación, la modorra y pereza, la indolencia, el sin sentido, el amor, real auténtico y mal interpretado, por los miedos, las venganzas, los esteriotipos falsos de realización personal, por la mezquindad, la soberbia, el olvido, nuestros pequeños mundos e islas exclusivas y excluyentes.
Ser partido o vendido a sistema para alcanzar los anhelos sueños personales, metas, para buscar el reconocimiento, el respeto y los bienes materiales que consideramos relevantes y que tal vez sólo nos sumergen el materialismo y no en un requerimiento y cubrimiento de las necesidades elementales de un ser humano.

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